03 marzo 2009

TODO CAMBIA...
MENOS EL CELTA



















Estimado-Director:


Habrá muchos medios que siguieron las elecciones gallegas, pero dudo que haya superado alguno a MORRAZO-TRIBUNA en agilidad, actualidad y comentarios. Felicidades, Director.
Cuando acudí, como casi todos los lunes, a la tertulia que se forma, tomando un café, en la cafetería del centro de Vigo, los tertulianos comentaban las elecciones y algunos de ellos hicieron alusión a que habían estado al momento informados, siguiendo MORRAZO – TRIBUNA.
Director, las elecciones eran comentadas, pero al Celta no lo olvidaron.
En cuanto a las elecciones, casi todos coincidían en que Touriño había gobernado de una manera muy anodina y que, al final, para rematar aparecieron automóviles, despachos, sillas, barcos y demás enseres que acabaron de rematar la faena.
Uno de los contertulios que debe ser afiliado al PSOE o estar muy próximo, comentó que los afiliados de Vigo están muy enfadados con la imposición de la consejera Caride en el número dos de las listas de Pontevedra y en el organigrama del partido cuando su historia en el PSOE no existe. Dicen que los méritos de esta buena señora es ser Profesora de la Universidad y haberle caído bien a Touriño.
Otro de los opinadores sobre las elecciones que, según él, había votado al PP, hizo referencia, muy enfadado, a las declaraciones de Blanco, Vicesecretario del PSOE, en la noche electoral en las que dejó caer que “nos solidarizamos con los socialistas gallegos ante los resultados electorales negativos que obtuvieron” como si él no se hubiera pasado por Galicia. Blanco, ahora sí que Pepiño, está siendo desleal con los socialistas gallegos. Director, lo dice uno del PP.
En medio de las conversaciones y opiniones sobre las elecciones, la señora de Matamá afirmó : “ el Presidente del Celta ya podía ser como Touriño que dimitió ante el desastre electoral. En Galicia cambia todo, menos el Presidente del Celta que lo está llevando contra las piedras”.
El jubilado de Citröen entendía que el caso de Mouriño es diferente pues es el dueño del Celta y, además, dicen que pone dinero.
Para la señora de Matamá esos argumentos de “ser el dueño”, “poner dinero” y “demás pamplinas” no le valen pues sería mucho mejor, según ella, que el Presidente del Celta pusiera menos dinero y mas sabiduría, aunque de esta parece que poca puede poner, pues de llevar un equipo de fútbol demostró no tener ni idea.
Y volvió aparecer la amenaza que, sibilinamente, lanzó Carlos Mouriño a los trabajadores del Celta con la posibilidad de solicitar un expediente de regulación de empleo. En esta cuestión opinó un empleado de la Zona Franca para decir que, en vez de amenazar a los empleados que llevan tiempo en el Celta y a los que su hija, la Licenciada por Tampa, no puede ver, podía empezar por revisar todas sus contrataciones, las que llevó a cabo como consecuencia del despido de todos aquellos empleados que habían estado en la época del anterior Consejo. Al parecer, según el hombre de la Zona Franca, por cada empleado que desempeñaba un trabajo y que Mouriño despidió, se contrataron dos o tres nuevos para realizar el mismo trabajo que hacía uno. Con ironía, afirmó que esto lo hacía Mouriño porque es muy bondadoso. (Murcia dixit).
A la hora de la tertulia no se sabía si Mouriño va a despedir al entrenador o no. Pero eso, para la mayoría de los tertulianos, ya no es lo importante. Lo importante, según ellos, es que Carlos Mouriño no cumplió ninguno de los proyectos que decía tener y, consecuencia de su ignorancia del mundo del fútbol, su mala digestión y gestión al no poder igualar los triunfos de la anterior época, el aire de odio a todo lo anterior que lo rodea; el número, innecesario, de la Ley Concursal; el creerse que sus “habilidades” en el mundo de la política, en México, las podía aplicar al mundo del fútbol en España; el pensar que con tener dinero se consigue todo; el no tener sentimientos con las personas y entender que prescindir de una persona es como quitar una silla y poner otra en una sala de reuniones; todo ello, origina que el Celta se encuentre prácticamente desaparecido en la ciudad de Vigo.
Por eso, coincidían, casi todos los tertulianos, que sería bueno que si algo cambió en Galicia, por el bien del Celta, Carlos Mouriño debía de irse para que, también, el Celta cambie.
Director, hasta igual tienen razón.
Saludos y felicidades por el esfuerzo informativo de MORRAZO – TRIBUNA.
Manuel Galocha. 2–3-2009