VIGO (MORRAZO-tribuna) .- El medio centro celeste Borja Oubiña destacó esta mañana que para salir de la situación en la que se encuentra el equipo es vital “mantener la tranquilidad. Eso es lo ideal, lo que pasa es que, en la situación en la que estamos, es difícil. Hay que apretar cada uno al máximo lo que pueda y hacer las cosas lo mejor posible”. El centrocampista vigués apuntó que durante los partidos “donde se pasa peor es en la grada, allí se ve todo muy fácil, en el campo las cosas pasan a otra velocidad”.
Las primeras preguntas al canterano versaron sobre la sobrecarga en su rodilla: “Me molesta. Podría estar mejor, evidentemente, y podría estar entrenando, pero me molesta y no puedo”. Añadió que los médicos le dijeron que la solución es “trabajo, descarga y poco más. De momento estoy trabajando aparte, a ver si las cosas van a mejor y puedo volver al grupo, aunque no sé cuando. Es lo que hay”.
“No es nada nuevo, pero es algo que me impide estar con el grupo, sino estaría ahora entrenando. Pienso en el día a día, en ver como estoy. A largo plazo no hay planteamientos, nunca los hice, ni siquiera cuando estaba bien, ahora tampoco. Es lo que hay, es parte de este deporte, a veces estamos mejor, otros peor, días buenos y malos… en el momento en el que te lesionas los días pueden ir bien, mal o regular. Hoy no me encuentro bien para entrenar y hago lo que me dicen”, reflexionó.
Al preguntarle si se trata de una recaída comentó que “no soy médico, supongo que será normal, teniendo en cuenta que estuve catorce meses sin poder hacer nada. Creo que no es nada anormal, pero tampoco soy médico”.
En cuando a la situación del equipo señaló que “es complicada, ya hace tiempo que no está bien, pero las cosas son como son, estamos donde estamos y hay que afrontarlo así. Las cosas no salen, no llegamos a encadenar un par de partidos ganando para dar un saltito de tranquilidad, pero también es cierto que podrían estar peor”.
“Estamos con otros equipos peleando por escapar de la zona de abajo. En eso estamos, intentando pelear, y por suerte estamos cinco puntos por encima. La distancia no es muy holgada, pero es mejor estar cinco por arriba que cinco por abajo. La situación no es cómoda, no es la ideal, pero es la que hay y hay que afrontarla como es. Dependemos de nosotros por suerte, quedan ocho partidos y hay que pelearlos”, añadió.
Al referirse a los equipos que están en los puestos de descenso indicó que “mientras haya opciones… los hay que parecen estar muertos y de repente están fuera. Cualquiera de los tres tiene opciones para permanecer. De todos modos esto es problema suyo, no nuestro, el nuestro es intentar ganar los partidos, mantener la distancia o ampliarla”.
En cuanto a los partidos que restan hasta el final de la temporada, señaló que “ahora mismo en la situación en la que estamos el tema es acabar la liga y el año que viene estar en segunda división”.
Sobre la visión que tienen desde Vitoria, donde ven al Celta como principal rival, apuntó que “ellos pueden decir lo que quieran, es normal, cada uno se intenta alimentar de hipótesis, es la cuenta de la lechera. Hasta esta semana el Celta era el que tenían más cerca, ahora estamos cuatro o cinco equipos igualados. Es todo muy peligroso todavía, nadie se puede confiar, habrá algunos que estén un punto o dos por encima, pero es complicado. Tenemos que sufrir todos hasta el final”.
Al vigués le preguntaron también por el lugar desde el cual se sufre más esta situación: “Sin duda desde la grada, allí se ve todo muy fácil, en el campo las cosas pasan a otra velocidad”.
Para salir de esta situación subrayó la necesidad de “mantener la tranquilidad siempre, eso es lo ideal, lo que pasa es que, en la situación en la que estamos, es difícil. Falta ese puntito de tranquilidad que te deje afrontar los partidos bien. El otro día lo vimos, ganando 2-0, se te ponen 2-1, y se te escapa el partido. Es por eso, porque falta tranquilidad, no haces lo que tienes que hacer. El problema es que en la situación en la que estamos, con una dinámica mala, mantener la tranquilidad es difícil. Hay que apretar cada uno al máximo lo que pueda y hacer las cosas lo mejor posible”.
En cuanto a cómo está llevando Eusebio la situación, el pivote dijo que “bien, normalmente los entrenadores siempre son optimistas. La gente del entorno lo verá peor, pero la gente que trabaja, sobre todo el entrenador, siempre es optimista. Los jugadores a medida que se acerca el fin de semana también son optimistas evidentemente. Después de un partido la gente está tocada, pero es raro que un entrenador tire la toalla. Yo no conozco a ninguno”, concluyó.
Las primeras preguntas al canterano versaron sobre la sobrecarga en su rodilla: “Me molesta. Podría estar mejor, evidentemente, y podría estar entrenando, pero me molesta y no puedo”. Añadió que los médicos le dijeron que la solución es “trabajo, descarga y poco más. De momento estoy trabajando aparte, a ver si las cosas van a mejor y puedo volver al grupo, aunque no sé cuando. Es lo que hay”.
“No es nada nuevo, pero es algo que me impide estar con el grupo, sino estaría ahora entrenando. Pienso en el día a día, en ver como estoy. A largo plazo no hay planteamientos, nunca los hice, ni siquiera cuando estaba bien, ahora tampoco. Es lo que hay, es parte de este deporte, a veces estamos mejor, otros peor, días buenos y malos… en el momento en el que te lesionas los días pueden ir bien, mal o regular. Hoy no me encuentro bien para entrenar y hago lo que me dicen”, reflexionó.
Al preguntarle si se trata de una recaída comentó que “no soy médico, supongo que será normal, teniendo en cuenta que estuve catorce meses sin poder hacer nada. Creo que no es nada anormal, pero tampoco soy médico”.
En cuando a la situación del equipo señaló que “es complicada, ya hace tiempo que no está bien, pero las cosas son como son, estamos donde estamos y hay que afrontarlo así. Las cosas no salen, no llegamos a encadenar un par de partidos ganando para dar un saltito de tranquilidad, pero también es cierto que podrían estar peor”.
“Estamos con otros equipos peleando por escapar de la zona de abajo. En eso estamos, intentando pelear, y por suerte estamos cinco puntos por encima. La distancia no es muy holgada, pero es mejor estar cinco por arriba que cinco por abajo. La situación no es cómoda, no es la ideal, pero es la que hay y hay que afrontarla como es. Dependemos de nosotros por suerte, quedan ocho partidos y hay que pelearlos”, añadió.
Al referirse a los equipos que están en los puestos de descenso indicó que “mientras haya opciones… los hay que parecen estar muertos y de repente están fuera. Cualquiera de los tres tiene opciones para permanecer. De todos modos esto es problema suyo, no nuestro, el nuestro es intentar ganar los partidos, mantener la distancia o ampliarla”.
En cuanto a los partidos que restan hasta el final de la temporada, señaló que “ahora mismo en la situación en la que estamos el tema es acabar la liga y el año que viene estar en segunda división”.
Sobre la visión que tienen desde Vitoria, donde ven al Celta como principal rival, apuntó que “ellos pueden decir lo que quieran, es normal, cada uno se intenta alimentar de hipótesis, es la cuenta de la lechera. Hasta esta semana el Celta era el que tenían más cerca, ahora estamos cuatro o cinco equipos igualados. Es todo muy peligroso todavía, nadie se puede confiar, habrá algunos que estén un punto o dos por encima, pero es complicado. Tenemos que sufrir todos hasta el final”.
Al vigués le preguntaron también por el lugar desde el cual se sufre más esta situación: “Sin duda desde la grada, allí se ve todo muy fácil, en el campo las cosas pasan a otra velocidad”.
Para salir de esta situación subrayó la necesidad de “mantener la tranquilidad siempre, eso es lo ideal, lo que pasa es que, en la situación en la que estamos, es difícil. Falta ese puntito de tranquilidad que te deje afrontar los partidos bien. El otro día lo vimos, ganando 2-0, se te ponen 2-1, y se te escapa el partido. Es por eso, porque falta tranquilidad, no haces lo que tienes que hacer. El problema es que en la situación en la que estamos, con una dinámica mala, mantener la tranquilidad es difícil. Hay que apretar cada uno al máximo lo que pueda y hacer las cosas lo mejor posible”.
En cuanto a cómo está llevando Eusebio la situación, el pivote dijo que “bien, normalmente los entrenadores siempre son optimistas. La gente del entorno lo verá peor, pero la gente que trabaja, sobre todo el entrenador, siempre es optimista. Los jugadores a medida que se acerca el fin de semana también son optimistas evidentemente. Después de un partido la gente está tocada, pero es raro que un entrenador tire la toalla. Yo no conozco a ninguno”, concluyó.