La degradación a que ha llegado el Celta es tal, que un empleado -Ramón Martínez- en cuanto amarra un contrato en Madrid, sale corriendo y ni siquiera espera a que la Liga termine para hacerlo. Ni las formas son capaces de guardar.
Dicho de otro modo : sale corriendo Ramón Martínez y ya está en la puerta de atrás, esperando, el nuevo, Torrecilla, con el que -además- reconocen haber negociado hace tiempo.
¡Qué merienda de negros, en que catedral de la improvisación y el salto de mata han convertido a este club, otrora señor y ahora mismo ni se sabe qué...!. - R.C.