24 febrero 2009

La grave crisis del Celta : “qué malo…que viniste”


Estimado-Director:

Esta frase: “qué malo…que viniste” es la que, insistentemente, repetía uno de los contertulios en el cafetería de Vigo a la que me acerco los lunes. El hombre hasta le ponía música. Preguntado si se refería al entrenador del Celta, respondió que a quien aludía era al Presidente, D. Carlos Mouriño. Y, a partir de nombrar al Presidente, comenzó a soltar una serie de expresiones muy duras.
Para él, la sociedad de Vigo, léase poderes fácticos, tienen al Presidente del Celta como una referencia porque, según él, la mentalidad aldeana y corta de esos poderes fácticos que todavía estrenan zapatos y traje cuando viene alguna “personalidad” de Madrid o Santiago, se dejaron deslumbrar por “las grandezas mexicanas” que de Mouriño se cuentan.
Así, en el Club Financiero nombraron a su hija directiva, sin saberse, muy bien, qué méritos atesora la buena dama para ostentar tal cargo. Parece ser que es licenciada de algo por la Universidad de Tampa – Florida.
Continúa lanzado el contertulio y comenta que sabe, de muy buena tinta, que el alcalde de la Ciudad y el Vicealcalde temblaron, cuando, al parecer, el aparente astuto Mouriño les espetó que “o se firma el Convenio en diez días o pongo al Celta en el Ayuntamiento”. Los dos políticos se miraron y dijeron: “ a sus órdenes, firmamos”.
El hombre, hizo una pausa y sentenció: “Fijaros bien, aunque Mouriño tenga detrás un faro muy potente de luz que sólo lo ilumine a él y que busque deslumbrar a los demás, no terminará bien. Nadie le va ya a creer lo de un nuevo proyecto. A ese faro se le van a fundir los plomos”.
Director, esto contaba el hombre de la frase. Tuvieron que pararlo porque sino hablaba él sólo y no se sabe lo que podía soltar por su boca.
Pero, la tertulia estaba caliente. Todo giraba en torno al Celta.
La mujer de Matamá que venía de comprar un disfraz de mariachi para su nieto, lanzó la teoría de que Mouriño es muy hábil para desviar la atención cuando las cosas no le ruedan bien. Así, la semana pasada, declara que hay exceso de personal administrativo y, en su consecuencia, es posible que haya que ir a un expediente de regulación de empleo, eso que, ahora, llaman “ERE”. Pero claro, esa maldad no la decide él. Serán los administradores concursales. ¡Cómo va hacer eso, con lo bondadoso que es el Sr. Mouriño!. Sino que se lo pregunten al entrenador, Sr. Murcia. Para Murcia, el Presidente es bondadoso. Por lo menos eso fue lo que declaró. El sabrá por qué dijo eso y si lo seguirá diciendo.
El simpático de la tertulia, al ver el disfraz de mariachi que la mujer de Matamá había comprado al nieto, soltó, riéndose, que había que comprar dos disfraces de mariachi más y mandarlos a la Plaza España, uno para Ricardo Barros y otro para Pedro Posada. Podrían ponerlos, ahora, en Carnaval y después los podrían aprovechar para llevar en las fiestas veraniegas que la familia Mouriño – Terrazo organiza en Pazos y a las que asisten marquesas que realzan el acontecimiento social. No aclaró el tertuliano si las marquesas, como sucede en otros casos, cobran por asistir. Eso sí, al respecto, el simpático animaba a leer las revistas del corazón.
Director, este ocurrente logró bajar un poco la “mala uva” por la que iba la tertulia.
Pero duró poco. El jubilado de Citröen que asistió el sábado al partido, en Balaídos, preguntó, en voz alta, a los contertulios, la opinión sobre la actuación del “policía chusquero” en dicho partido. Uno preguntó a qué se refería con lo de “policía-chusquero” y a qué actuación. Por lo que dijo, el “policía chusquero” sería el jefe de seguridad del Celta y la actuación se concreta en que permitió pasar a miembros de una peña desde el fondo a río bajo, dedicándose los exaltados violentos a increpar, detrás del banquillo, al entrenador del Celta. Para el jubilado de Citröen, el “policía – chusquero” estaba guardando las espaldas de su señor, pues mientras gritaran al entrenador se olvidaban del palco, en donde, estaba su señor, el Presidente. Listo que es el empleado.
Al final, el “filósofo” de la tertulia, quitandose las gafas y dejándolas con parsimonia encima de la mesa, soltó una frase que había leído en una entrevista que, al parecer, vino de México: “El destino tiene trazadas muchas líneas que no te esperas nunca”. Después sentenció: “El Celta espera una: Mouriño vete y descansa. ¡ qué malo…que viniste..!.
Director, no me atrevo a filosofar, pero sí digo que prefiero una gota de sabiduría a una tonelada de riqueza.
Saludos cordiales.
Manuel Galocha. 23-2-2009