PONTEVEDRA (MORRAZO-tribuna / EUGENIO EIROA) .- Pasó por el Palacio Provincial, con esa sencillez, humildad y hombría de bien que siempre le han caracterizado. Lo hizo sin hacer ruido. Sin alharacas, como a el le gustan las cosas : bien hechas, con seriedad, con buen gusto pero sin necesidad de bombo y platillo. Pero se encontró con que Deputación no quiso -e hizo muy bien el organismo provincial- que la visita del todavía subdelegado del Ministerio de Defensa (su representante en la provincia) pasase desapercibida. Y suministró a los medios de comunicación un par de fotos, sin duda oportunas.Una de esas imagenes es la que preside estas líneas que no son sino de sincero reconocimiento a quien ha sabido ser y estar durante los años que tan dignamente representó a Defensa en la provincia de Pontevedra. Y es que alguien nos ha contado que -por razones de edad y esas situaciones de reserva que se estilan en el Ejército- el tiempo de Antonio Ruiz Iribarne (que este es el personaje del día, aquì, en MORRAZO-tribuna) al frente de la Delegación del Ministerio de Defensa en Pontevedra, está tocando a su fin.
Y siendo esto así, conociendo del habitual buen hacer y de las exquisitas formas de Ruiz Iribarne, imaginamos que habrá iniciado ya la ronda de visitas de despedida, que -en su caso- seguro que son momentos también de tomar nota de aquellas cuestiones que entre instituciones queden aún pendientes de enfoque o solución, para -con el cuidado y sentido de la responsabilidad que le caracteriza- dejar bien detallado todo a superiores y sucesor en el cargo.
Antonio Ruiz Iribarne dejará el cargo, inevitablemente. Y vendrá otro, que probablemente lo hará muy bien, pero que muy difícilmente podrá superar el excelente trabajo, la extraordinaria buena imagen que el aún subdelegado nos deja. Tal es el general aprecio y reconocimiento de que goza Antonio Ruiz Iribarne.
Se va un gran servidor del Estado y de la Defensa. Nos queda un gran pontevedrés, un hombre plenamente identificado con esta provincia, a la que tanto quiere. Eso es lo que salimos ganando.
Ni que decir tiene que cualquier acto de homenaje que se organice para reconocer -y agradecer- el excelente trabajo desarrollado en estos años por Antonio Ruiz Iribarne, no dejará de ser un acto de indispensable justicia, en razón a los muchos méritos contraídos por quien hoy destacamos aquí, como personaje del día.
