27 julio 2009

WORLD FISHING 2009

Grimur Valdimarsson, Director de la División de Productos e Industrias Pesqueras. Departamento de Pesca y Acuicultura de FAO
"Las pesquerías deberían gestionarse de forma que podamos seguir pescando año tras año sin terminar con los recursos, sin dañar el ecosistema y sin ayuda externa intensiva"
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Coincidiendo con World Fishing Exhibition en Vigo, se celebrará la I Cumbre Mundial sobre Sostenibilidad en la Pesca, iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, y que cuenta con la colaboración de FAO. Grimur Valdimarsson, director de la División de Productos e Industrias Pesqueras de este organismo, explica su punto de vista sobre la sostenibilidad, cómo alcanzarla y cuáles son las claves de la gestión pesquera.

Como sabe, paralelamente a WFE, se celebra la I Cumbre Mundial sobre Sostenibilidad en la Pesca, que cuenta con la participación de FAO. Desde su punto de vista, ¿qué entiende por sostenibilidad? ¿Cree que los pescadores entienden este concepto?

Desde el punto de vista biológico simplemente significa que no se extraiga más pescado del mar del que puede producir el ecosistema. Desde el punto de vista humano, que ese pescado limitado debería capturarse de manera que sea comercialmente viable para la empresa y socialmente viable para las comunidades pesqueras. Esto quiere decir que las pesquerías deberían gestionarse de forma que podamos seguir pescando año tras año sin terminar con los recursos, sin dañar el ecosistema de otras maneras y sin ayuda externa intensiva. Creo que los pescadores lo entienden muy bien. Sin embargo, todos tenemos facturas que pagar a final de mes y tal y como decía recientemente The Economist: “a pesar de su independencia salada, incluso los pescadores responden a incentivos del mercado”. No hay nada malo en ello, la mayoría de la gente lo hace. Desafortunadamente, estamos aprendiendo lentamente e incluso podría decir que dolorosamente que la cuestión aislada más importante que amenaza la sostenibilidad es que la mayoría de los sistemas de gestión pesquera provocan que los pescadores compitan unos con otros por el pescado. Cada uno de ellos sabe que si no capturan el pescado lo hará otro. Sin embargo esto no tiene que ver con la falta de conocimiento o de entendimiento, sino con los sistemas de incentivos fundamentalmente defectuosos que tienen la mayoría de los sistemas de pesquerías, con consecuencias obvias.

¿Qué opina de esta iniciativa?

Vigo es uno de los centros de pesca más importantes del mundo y la Exposición atrae a profesionales que han hecho su carrera en la pesca. Realmente espero que acudan a la Cumbre, puesto que necesitamos que la industria establezca un buen diálogo sobre cómo abordar los difíciles problemas a los que se enfrenta el sector. Estos problemas no van a desaparecer y tenemos que resolverlos. En los últimos años, los problemas del sector han sido ampliamente debatidos por todos menos por la propia industria. Es más, se ha invertido más energía en los síntomas de la estructura errónea de incentivos que en sus causas subyacentes. Es hora de que aquellos que tratan de vivir de la pesca asuman un papel más importante en la búsqueda de soluciones prácticas a estos problemas. Estoy completamente de acuerdo con lo que Alfonso Paz-Andrade señaló recientemente en su publicación: “en la actualidad la industria pesquera necesita más que nunca de un enfoque y de una estrategia completamente nuevos”. Por tanto, espero que la Cumbre siente un proceso nuevo y fuerte para solucionar los problemas.

Se habla de un triple enfoque en la sostenibilidad: biológico, económico y social. ¿Es posible encontrar un equilibrio entre estas tres "patas"?

La sostenibilidad biológica es el punto de partida para el éxito de las pesquerías. Sin embargo, creo que poner el foco en la sostenibilidad biológica podría haber distraído la atención de esas cuestiones más fundamentales que he mencionado anteriormente, es decir, qué cúmulo de circunstancias hacen que los pescadores se comporten adecuadamente. En la actualidad se reconoce que en la gestión pesquera sólo podemos esperar ser capaces de influir en la conducta de los pescadores. Los ecosistemas y las interacciones dentro de ellos son demasiado complicados para poder comprenderlos totalmente y gestionarlos como tales. El enfoque es muy penetrante y deriva en la elección de soluciones técnicas a problemas que podrían solucionarse de manera eficaz con las estructuras de incentivos correctas.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, se olvida, muchas veces, que el pescado capturado compite directamente con otros alimentos en el mercado. En los extremos, la elección entre pesquerías “super eficientes” con pocos buques de gran tamaño y grandes redes, y pesquerías con muchos barcos de menor tamaño con anzuelos y palangres, es un claro ejercicio de equilibrio político. No obstante, es preciso recordar que los barcos de gran porte no tienen que ser necesariamente más rentables. Para solucionar este tema, cada país debe poner en marcha un diálogo sano e integrador en el que se vea directamente implicado el sector pesquero. Todos queremos obtener una retribución económica generosa por nuestro trabajo, pero las posibilidades de solventar los problemas de ineficiencia con el dinero de los contribuyentes son cada vez más difíciles a la luz de los acuerdos internacionales.
Y en relación a la sostenibilidad social, como he dicho anteriormente, todos queremos tener un nivel de vida decente. A ninguno nos gusta que el tejido social fracase debido, por ejemplo, a la sobrepesca a niveles serios, pues da lugar a la pérdida de puestos de trabajo. Por otro lado, el mundo cambia y evoluciona, y al igual que otros sectores, lo hace también el sector pesquero. Así que para contestar su pregunta, los tres aspectos de la sostenibilidad están entrelazados. Pueden incluso estar en equilibrio, pero solo a través de políticas bien formuladas en las que puedan participar y colaborar todos los implicados.

Los distintos agentes coinciden en la necesidad de mejorar la gestión de las pesquerías. Considerando que llevamos años gestionando la mayor parte de las pesquerías del mundo y que aún es necesario mejorar, ¿dónde cree que está el quid de la cuestión? ¿Por qué es tan difícil gestionar?

Es una buena pregunta. En la actualidad existe un hecho establecido y publicitado que es que se está extrayendo demasiado pescado de los océanos. Los sistemas de gestión que hemos elegido no limitan las capturas con éxito, tal y como ya he comentado. Esto sigue siendo cierto aunque contabilicemos sólo los 2/3 de los países miembros de FAO que tienen mecanismos de gestión de las pesquerías (1/3 de ellos dicen que “no tienen planes de gestión en marcha”). La mayoría de los planes de gestión que están en marcha son sistemas rudimentarios verticalistas de control y mando que ya han fallado varias veces en varios países y en muchos sectores distintos de la economía. Estos inducen a la pesca competitiva y derrochadora y no crean razones para que los pescadores se preocupen por el concepto de “administración”. Cada vez está más claro que para que se establezca tal administración y para que haya mecanismos efectivos de gestión que eviten la sobrepesca, tienen que reconocerse los derechos pesqueros de los pescadores. Sin embargo, esto supone un proceso políticamente delicado, puesto que significa dar valor a los derechos de los diversos implicados. También requiere una infraestructura societaria bastante sólida en términos de acceso a la información y de procesos transparentes.
En un artículo publicado recientemente en el Journal of Science se muestra un análisis que indica que las pesquerías basadas en derechos de pesca tuvieron un 50% menos de probabilidades de sufrir un colapso biológico que otras pesquerías gestionadas por otras vías. La respuesta más rápida a su pregunta es que es difícil gestionar las pesquerías porque bajo la mayoría de los esquemas de gestión cada pescador se preocupa de sí mismo y tiene un interés propio en dar la mínima información posible sobre lo que está haciendo. Eso deriva en la “carrera por la pesca” y en los pobres datos sobre lo que está ocurriendo de verdad en la pesquería.

Desde su punto de vista, ¿cuáles son las claves de la gestión pesquera: la responsabilidad de los implicados, lograr una mayor definición de los objetivos, ejercer un mayor control, conseguir datos más fiables, etc.?

Creo que existe un consenso general sobre lo que constituye una buena pesquería: la toma de precauciones basada en una ciencia adecuada; una gestión activa de las capturas objetivo, by catch y capturas incidentales de aves, tortugas y mamíferos marinos, etc; y un aseguramiento de los derechos de pesca reconocidos para los implicados, -en general un enfoque del ecosistema para la gestión pesquera que requiere buenos resultados para mantenerse en el proceso de producción que denominamos operaciones pesqueras. Ello estaría en línea con las Prácticas de gestión de Calidad, actualmente adoptadas en los procesos de fabricación y transformación de alimentos, incluidos los productos pesqueros. La respuesta tan lenta de estos enfoques en las operaciones de pesca es un legado de las equivocadas estructuras de incentivos que existen en la gestión pesquera. El conocido slogan de Gestión de los Procesos se puede aplicar en este caso: “si no puedes medirlo, no puedes controlarlo”. Cualquier régimen de gestión pesquera de éxito deberá eliminar la competencia por el pescado de manera que los datos biológicos de cada salida a la mar y de cada descarga se compartan y se utilicen en la toma de decisiones. Esto se traducirá en controles internos –de manera que cada jugador vigilará a los otros- con verificaciones por parte de las partes oficiales si es necesario y detención efectiva de los infractores.

¿Es necesario dar mayor protagonismo en la gestión de la pesca a los principales implicados para lograr ese objetivo de “gestión adecuada”?

Desde mi punto de vista no se alcanzará una pesca efectiva y responsable hasta que todas las partes, incluyendo los órganos gubernamentales, los operadores pesqueros privados y las asociaciones colaboren estrechamente. Afortunadamente tenemos cada vez más pruebas de que esto está ocurriendo en el sector pesquero, historias de éxito a las que FAO ha estado siguiendo el hilo en los últimos años. Se podría incluso destacar el éxito de este enfoque, que podría denominarse de asociaciones público-privadas en otros sectores, por ejemplo en la elaboración de alimentos en ámbitos relacionados con la gestión segura y saludable, en los que colaboran las empresas privadas y diferentes órganos gubernamentales. En este sentido, la transformación de productos pesqueros encabezó el camino para adoptar desde un principio el sistema HACCP, dando lugar a productos más seguros y reduciendo el coste de cumplimiento.

La Cumbre de Johanesburgo estableció el año 2015 como límite para recuperar la salud de los stocks pesqueros, ¿cree que estamos a tiempo de lograr ese ambicioso objetivo? ¿Cómo?

Creo que ha sido evidente durante muchos años que “la recuperación de las pesquerías dañadas antes de 2015” no se alcanzará en el tiempo marcado y en vista de los métodos de gestión defectuosos comunes a todas las pesquerías. Dentro del sector se están produciendo avances positivos en muchos lugares. No habrá soluciones mágicas y el sector tiene que participar activamente y colaborar para encontrar la forma de que las pesquerías estén en paz con la sociedad.