04 febrero 2009

Bembrive > Pasó el "San Blas" : el frío contagió a los presentes, menos que otros años, pero la animación acabó por imponerse...

VIGO/PONTEVEDRA (MORRAZO-tribuna).- Fue un San Blas un poco más frío -en todos los sentidos- que otras veces. Al menos el de Bembrive, en Vigo, tan populoso. La lluvia que a mediodía se hizo presente, encerró más de la cuenta al gentío en bares, bajos de casas particulares, recintos cerrados... y la celebración, tras el paso por la iglesia para ver al Santo, se ciñó más bien a los lugares a cubierto.
Por eso, a diferencia de otros años, el jolgorio fue más interno que externo y aunque nunca faltó la alegría y el buen ambiente, este 2009, no podía ser menos este San Blas, estuvo presidido por el "frío" general...
Con todo, MORRAZO-tribuna se introdujo en unas de esas bodegas donde las peñas se dan cita año tras año. Como prometíamos, elegimos la afamada peña de "SanBarros", así denominada en homenaje al anfitrión -de aspecto beatífico- y su familia, que año tras año prestan tan inmejorable lugar para unas horas de alegría y convivencia entre quienes, a lo mejor, no se ven más que en esa fecha, pero que no faltan nunca a la cita con el Santo y con el gran cocido en la mesa del lugar, aprovechando claro está, como dirían los hermanos portugueses, para "ponher a conversa ao día"...
Este año, en la "peña SanBarros", en el vigués San Blas de Bembrive, triunfaron tres vinos : un tinto de El Bierzo, mencía, que acompañó muy bien los entrantes y aperitivos quitando el frío a los que iban llegando al local; un mencía gallego de siempre garantía de éxito : el afamado "Regina Viarum" (hecho en Sober) y, todavía, unas botellitas -aunque escasas- de "Porta da Ravessa", un tinto alentejano (portugués) que admiró a varios de los presentes que prometieron seguir interesandose por los caldos de la zona de Borba y Redondo (Portugal) después del descubrimiento...
El menú : lo de siempre, entrantes varios, tomados a pié y con el vasito de mencía leonés en la mano; el gran cocido preparado con esmero en la cocina de campaña casi al aire libre que dirige como nadie el histórico socialista Morocho; el pan traído ex profeso desde Cea (Ourense) por todos los grandes amigos de Cesáreo Rivera; los tintos antes referidos; y en los postres, las filloas en abundancia y los roscones especiales para la peña que todos los años se elaboran con esmero, sin olvidar los aguardientes de "SanBarros", alguno con tantas propiedades adicionales que sirve hasta de desinfectante de manos, así utilizado en un alarde de demostración de asepsia en rasgo de buen humor protagonizado por uno de los presentes. Gran jornada, como siempre, y hasta el año que viene, si Dios y San Blas quieren... (Vean ahora las fotos...)