19 noviembre 2008

¿CUANDO EL ODIO VENCE A LA RAZON?
















Sr. Director:
En la céntrica cafetería a la que suelo acudir, por la semana, a tomar un café, los ánimos estaban alterados por el informe del Celta que los denominados Administradores elaboraron. Había tiros en todas las direcciones.
Unos decían que no se podían olvidar las tardes y noches de fútbol que se habían vivido en Balaídos con los Mostovoi, Karpin, Revivo, Mazinho, Makelele, Gustavo López, etc. Otros recordaban los viajes por Europa con la disculpa de que el Celta jugaba en Moscú, Londres, París, Milán, etc.
Otros, sin embargo, se lamentaban de que se hubiera llegado a esta situación económica. Pero, casi todos coincidían en que la situación actual es consecuencia de jugar en la segunda división. Para ello ponían el ejemplo de que ningún equipo de la primera división está bajo la Ley Concursal.
Hubo momentos que llevaba la voz cantante el padre que tiene un hijo abogado que, según él, había leído el informe.

Comentaba este hombre que su hijo le dijo que había discrepancias en la forma de contabilizar algunos conceptos y en algunos aspectos técnicos que él no entendió. Lo que le llamó la atención es que, al parecer, los Administradores intentan tratar bien a Mouriño aun cuando fue vocal del Consejo de Administración desde diciembre de 2003 y Presidente desde mayo de 2006.
Según el hijo abogado de este hombre, a él y a otros colegas abogados, les resultó chocante que, en un sitio del informe de los administradores, se diga que Mouriño es Presidente desde el 18 de mayo de 2006 y en otro se señale que Mouriño releva a Horacio, como Presidente, el 23 de agosto de 2006. Y, también, les llamó la atención el que los Administradores no señalaran que, en la Junta General de Accionistas de Diciembre de 2006, donde se aprobaron las cuentas del ejercicio 2005/2006, con las misma salvedades que ahora se denuncian, era Presidente Mouriño y Consejero Ricardo Barros que ya venía desde el año 1999.
Al final, Director, todos coincidían, salvo uno, que si el Celta no hubiera bajado a segunda división con Mouriño, o hubiera subido a la primera al año siguiente, no habría aplicación de Ley Concursal ni nada que se la pareciera. Todos estaríamos contentos esperando ver jugar, en Balaídos, al Madrid, Barcelona, Deportivo y otros.
En este momento intervino el jubilado de Citröen para decir que el odio venció a la razón y Mouriño quiso pasarle la factura de su fracaso deportivo a Horacio con algo en lo que Mouriño y Barros participaron como consejeros.
Director, el jubilado de Citröen insistía: el odio venció a la razón.

Ante tal afirmación, Director, toca callar y pensar.
Saludos.
Manuel Galocha.
18-11-2008.