28 mayo 2009

Expectación ante la exposición de Ruibal, desde este viernes en el Museo de Pontevedra

PONTEVEDRA (MORRAZO-tribuna) .-A las ocho de la tarde de este viernes será inaugurada en la sala de exposiciones temporales del nuevo edificio del Museo de Pontevedra, Organismo Autónomo de la Diputación, la muestra “Ruibal 1966/2008”, en la que se reúnen obras de colecciones particulares, instituciones públicas y de la colección del artista, organizada con la colaboración de la Consellería de Cultura y Turismo de la Xunta de Galicia, bajo el comisariado de Tomás Paredes.

En la exposición se resume, a través de más de cien obras, la trayectoria artística de Manolo Ruibal, estructurada en tres apartados cronológicos.

El primero abarca desde el año 1966 al 1980, en el que la pintura de Manolo Ruibal se inicia con temas de figura y paisaje abordados desde la reinterpretación del colorido fauvista centrado en tonos de grises y azules, que expuso por primera vez, en 1967, en la Galería Chis de Murcia. Manteniendo esta gama fría evoluciona hacia el informalismo de formas desintegradas y fuerte empaste, dando protagonismo a la materia. Esa pintura expresiva gira en la segunda década de los setenta hacia un grafismo esquemático, lineal, de tonos planos a base de tinta china y témpera al huevo, obras basadas en el equilibrio forma-color.

Entre los años 1983 y 1999 Manolo Ruibal continúa el proceso analítico, estiliza, depura, esquematiza, traza figuras femeninas con movimiento y canon alargado e incorpora el tema de la naturaleza. Las estancias en Nueva York proporcionan a su obra la verticalidad del urbanismo neoyorquino, concepto que expresa en las piezas de foamboard que transgreden el concepto de pintura y escultura. El proceso de depuración lo conduce a la abstracción y a la simplificación de líneas y colores, tanto en los soportes tradicionales como en objetos encontrados: piedras graníticas y cantos rodados.

A partir del 2000 la experiencia del soporte pétreo conduce a Ruibal a pintar sobre enormes monolitos en los que está latente la alusión a los menhires, piezas con las que realiza instalaciones que trasforman el paisaje, uno de los cuales, “Negral” (2003), estará instalado en el exterior del edificio, como ejemplo del interés del artista por intervenir en el espacio. En la pintura y el dibujo consigue la sobriedad compositiva y cromática que se traduce en fondos monocromos y planos y motivos reducidos a la sencillez de un trazo.

La exposición permanecerá abierta hasta el 5 de julio con el siguiente horario: de martes a viernes, de cinco a ocho y media de la tarde; los sábados, de once a dos y de cinco a ocho y media, y los domingos y festivos, de once a dos.