Del abatido, la risita,
los "tontos útiles" y los cuartos
que no llegan... porque se
instalaron en el lujo para
estar a las puertas del descenso
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Sr. Director:
En la habitual tertulia de los lunes, sobre la que construyo esta crónica, esta vez resultó que la señora de Matamá no dejó ni tiempo para pedir el café. Llegó a la tertulia con el tono muy subido. Y lo primero que lanzó al aire fue lo siguiente: ¿Este Mouriño de quién se ríe?. Inmediatamente el jubilado de Citröen le preguntó a que se refería. Y la buena mujer empezó a contar.
Según ella, al terminar el partido del sábado, vio como Mouriño, en el aparcamiento de Balaídos, al lado de su automóvil y en compañía de una mujer, al parecer rubia, estaba riéndose a carcajada limpia, cuando los aficionados del Celta estaban avergonzados, disgustados y cabreados con el espectáculo, uno más, que el equipo había dado. Ella entiende que a éste Presidente le importa tres narices el Celta. Lo único que busca es salvar su figura y la de su familia. Si quiere reírse que busque otro lugar y otro momento pero que no lo haga delante de la cara de los aficionados, explicaba la tertuliana
Pero lo que más le indignó fue leer, al día siguiente, en los periódicos que el “abatido Presidente” se había quedado, diez minutos, sentado en el palco después del partido. En este momento exclamó: ¡Cómo se ríe de todos nosotros!.
Siguió hablando y no dejó títere con cabeza. Para ella, Mouriño es un maestro en la utilización de los llamados “tontos útiles” que buscan su protección y amistad "por ser vos quien sois”. Los “tontos útiles” están en la puesta en escena de que la actual situación desastrosa del Celta no es culpa del “abatido” Mouriño. La culpa es de los anteriores consejos (en los que por cierto él con Ricardo Barros estaba), de los jugadores, de Ramón Martínez, de los entrenadores, de todo el mundo, hasta del cura de Matamá. De todo el mundo, menos suya. Y ahí están, con él, los “tontos útiles” sin decir una palabra del historial deportivo de Carlos Mouriño. Del otro historial, sí hay otros que lo cuentan.
Seguía preguntándose la señora de Matamá: ¿Pero es que estos “tontos útiles” no se dan cuenta que desde que está este Presidente, el Celta va de mal en peor?. La primera temporada desciende al equipo desde la UEFA a 2ª división. La segunda temporada no se asciende y se coquetea con el descenso. Y la tercera, ésta, al borde del descenso cuando faltan cuatro jornadas. ¿Se puede hacer peor? .
Con esta pregunta, la señora de Matamá finalizó su encendido discurso y pidió el café.
Director, esto de los “tontos útiles” tiene su gracia. Hubo alguien que dijo: evita los amigos y protectores ricos y necios. A poco que los trates te verás convertido en su amanuense o su lacayo. ¡Cúanto amanuense y lacayo!.
Para el jubilado de Citröen, si hubiera un premio a la coherencia, se lo tenían que dar a Borja Oubiña por sus declaraciones. Borja manifestó: “Siento vergüenza al pedir al Celtismo que acuda al campo el sábado”. Esto es la expresión de un celtismo puro y coherente y no el quedarse “abatido” en el asiento del palco, al finalizar el partido, como hizo el Presidente para después reírse en el aparcamiento, como dijo la señora de Matamá.
No entiende el jubilado de Citröen cómo algunos se dejan engañar por la campaña de que los únicos culpables son los jugadores, cuando a esos jugadores los llamaron para fichar por el Celta, siendo como son. Según el jubilado de Citröen, echándole “coña” al asunto, es igual que si a Ricardo Barros y a Carlos Mouriño los contratan para un cuerpo de baile de ballet. Ellos no son culpables de que la función, en la que participen, sea un desastre. El culpable será quien los contrató, pues los dos son como son. Ni comprando, en el bazar “Manolita” todas las fajas del mundo, ni con Nureyev de profesor, se podría arreglar el asunto. Pues igual pasa con los jugadores del Celta. Son como son. Tienen el nivel que tienen.
Todo el mundo se rió con la comparación del jubilado de Citröen. Puede suponer, Director, por dónde siguieron los comentarios.
Para el empleado que trabaja en la Zona Franca, Mouriño, el hombre lo mejor que debería hacer es estar callado una buena temporada. Cada vez que habla, la lía. Por lo visto, días pasados declaró que tuvo que despedir a jugadores y a los técnicos que despidió, Félix, Moncho Carnero, Covelo, etc.., porque el vestuario estaba podrido. Pues tiene mala suerte, a los dos días de decir eso, tiene que expedientar a tres jugadores de su actual vestuario.
Según el de Zona Franca, tiene línea directa, y en el vestuario hay zozobra y malestar. Ahora se quiere callar, por las circunstancias, pero más adelante veremos lo que pasa.
El abogado, al igual que la semana pasada, sacó el tema de los administradores concursales y se pregunta cómo se arreglará lo de sus honorarios. Si nos dicen que el Celta no genera dinero para pagar a sus empleados y jugadores y si fuese cierto que el Presidente es el que pone el dinero para cubrir los sueldos, ¿de dónde va a salir el dinero, por cierto bastante importante, para pagar a los administradores?. Todo el mundo piensa y espera que los administradores concursales tendrán la suficiente independencia para valorar la gestión del Presidente y su Consejo. Otra pregunta que dejó en el aire el abogado fue la siguiente: ¿Si en la liquidación del presupuesto de esta temporada, hay pérdidas como ya anunció el Presidente, qué van a decir los administradores concursales de tal circunstancia cuando ellos ya tutelaron dicho presupuesto?. ¿Era un presupuesto real?. ¿Tendrán que revisar su informe del principio del proceso concursal?. Según el abogado todo puede resultar muy interesante.
Director, pues veremos si resulta interesante. Pero la señora de Matamá siguió preguntando: Mouriño…¿de quién se ríe...?.
Director, le puedo asegurar que nadie de la tertulia, ante tal pregunta, fue grosero.
Saludos.
Manuel Galocha. 25 de mayo de 2009